El edificio que hoy nos sirve como claro ejemplo de cómo se
vivió la reconquista es el monasterio
de piedra que gracias a su localización (Nuévalos, Zaragoza) se encuentra
en un sitio estratégico, para ese momento de la historia.
Allá por el año 1000 cuando los musulmanes habían ocupado
casi toda la península, en la frontera entre territorios de cristianos y
musulmanes se encontraba un pequeño torreón construido por los cristianos como
defensa hacia los musulmanes, el monasterio de piedra.
A medida que avanzó la reconquista de los cristianos este
monasterio dejo de encontrarse en una situación crítica y en 1194 Alfonso II
cedió el “castillo” a la Orden del Cister.
Desde 1195 a 1218 las gentes que el rey Alfonso II llamo
para repoblar estas tierras (personas de el reino de Navarra y Aragón)
construyeron el monasterio para que allí pudieran residir los monjes de la
Orden del Cister. Debido al periodo de la historia en el que fue construido el
monasterio tiene un estilo entre el gótico y el románico.
A partir de 1218 los monjes habitaron este monasterio
durante casi 600 años en perfecta paz,
pero en 1808, durante la guerra de la independencia, los franceses ocuparon el
monasterio, los monjes regresaron justo al terminar la guerra, aunque pocos
años más tarde durante el trienio
liberal (1820-1823) también se vieron obligados a abandonar el lugar, en 1823
regresaron de nuevo y abandonaron definitivamente el monasterio en 1835, con la
desamortización de Mendizábal. Desde 1840 hasta la actualidad es una propiedad
privada, que se permite visitar por el público.
De piedra me he quedado... quiero decir que me ha gustado, Ana.
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