Una de las más destacables consecuencias de la presencia romana en la Península Ibérica a lo largo de seis siglos fue el desarrollo de un amplio programa de obras públicas.
Quizás la más famosa construcción romana en la Península es el Acueducto de Segovia, perfectamente conservado.
(El acueducto es un sistema o conjunto de sistemas de irrigación que permite transportar agua en forma de flujo continuo desde un lugar en el que está accesible en la naturaleza, hasta un punto de consumo distante.)
Realizado en granito a finales del siglo I después de Cristo, bajo el reinado del emperador Trajano, tiene una altura máxima de 28 metros y medio y 818 metros de largo. Para su construcción se utilizaron 20.400 bloques de piedra unidos sin ningún tipo de argamasa.
El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría,situado en un paraje denominado La Abeceda
Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primeramente en una cisterna conocida con el nombre de El Caserón para ser conducida a continuación por un canal de sillares hasta una segunda torre , donde se decanta y desarena, para continuar su camino. Después recorre 813m hasta lo alto del Postigo, pero antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor.
(Maqueta del recorrido del acueducto)
Está construido con sillares de granito colocados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor.
También en lo alto pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la leyenda, fue el fundador de la ciudad. Ahora pueden verse en esos dos nichos la imagen de la Virgen de la Fuencisla (patrona de la ciudad) y San Esteban
En tiempos de los Reyes Católicos se realizó la primera gran obra de reconstrucción del acueducto. Se reedificaron 36 arcos, con mucho respeto hacia la obra original. Más tarde, en el siglo XVI, fue cuando se pusieron en los nichos centrales las estatuas antes mencionadas de la Fuencisla y San Esteban.
En los últimos años ha sufrido un patente deterioro debido principalmente a la contaminación medioambiental y a los propios procesos de erosión del granito, más tarde en 1992 los coches dejaron de pasar por debajo de los arcos del acueducto. Con todo, sigue expuesto a la contaminación ya que se sigue circulando a escasos metros de él.
Raúl Sánchez Gallego
2º Bachillerato-B
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