lunes, 19 de noviembre de 2012

"Los ojos del Románico":



El Románico es un arte sagrado, y constituye un sistema estructural que trasluce y materializa una forma, un modo especial de entender el mundo.

A través del arte románico, se obtiene una imagen didáctica en la que se refleja el orden social, moral y político institucional; es un arte especialmente simbólico, por lo que es importante acceder a un conocimiento profundo de las formas, del “lenguaje”.

Sin embargo nuestra percepción de la imagen románica es distinta, psicológica y culturalmente, de la que realizaba el hombre del Medievo. El realismo de las imágenes del románico, permite vislumbrar los miedos que las personas de aquella época sufrían a la vista de los castigos que, según su fe cristiana, les esperaban por haber llevado una vida pecaminosa en la Tierra, a la vez que, tras las mismas imágenes de esos castigos, se enconden las esperanzas de pertenecer a un reducido grupo de elegidos.


Pero la imagen que se hacían los hombres medievales de los objetos que los rodeaban, de los animales, de los bosques, de las montañas e incluso de los acontecimientos naturales, estaba impregnada de una gran variedad de interpretaciones. Nada se limitaba única y exclusivamente a la existencia física. El mundo figurativo del románico, lleno de simbolismo, apunta siempre, tanto a lo bueno como a lo malo. Todo está unido mediante  semejanzas y pertenencias y, debajo de la apariencia estaría lo demás.




Para estos “ojos” la operación de contemplar el arte románico es la que podríamos denominar “descriptiva”, ingenua, espontánea, de índole sensorial y espiritual. En ella, el placer, la satisfactoria coherencia que proporciona al observador, se halla, no en la interrelación de la dialéctica entre lo visto y por quien lo ve, sino en su mera percepción a la respuesta de un sentimiento sosegado. Su planteamiento es nulamente inquisitivo, cómodo…dejándose invadir por la magia de la imagen y aceptando que este como y donde debe estar.


Una segunda forma de “ver” el Románico es aquella que contempla sus claves simbólicas desde el punto de vista metafísico. La operación con que se mira es realizada por unos “ojos intelectualizados” que desplazan la carga de la respuesta al estudio del símbolo y al de la relación analógica entre la idea y la imagen que la representa.



Pero existe una tercera manera de ver el románico. Es aquella que se realiza con “ojos críticos”. La que considera que el contenido del elemento románico está por hacer y su visión o contemplación debe reestructurarlo mediante la dialéctica entre el observador y lo observado. El ojo crítico es el que percibe que sólo el sentido dialéctico constituye la auténtica realidad de la imagen objeto de su mirada, su valor de recreación, de creación de significantes y significados nuevos, partiendo de los ya existentes, porque en ella se dan cita ideas, temas y aún formas de todos los tiempos mediante la manera en que estén estructurados y dispuestos sus diferentes elementos morfológicos. Atiende, no a los referentes primarios, sino al modo de representación, al nivel referencial o ideológico. Lucha contra la sacralización de la magia del símbolo e implica una penetración crítica en su contenido básico asumiendo una relación dialógica con el autor de la obra.

Sólo así a través de los  ojos reescribiremos la realidad transformándola a través de nuestra práctica consciente.

MÓNICA PÉREZ MUÑOZ 2ºBACH

No hay comentarios:

Publicar un comentario