Hemos visto que los asesinato son algo que se da con frecuencia en el siglo XX a sí que voy a hablar de dos asesinatos que nos entran en este tema.
Asesinato de Cánovas del Castillo
El 8 de agosto de 1897, en el balneario de Santa Águeda, en Mondragón, Guipúzcoa, la muerte se abalanzó hacia el presidente del Gobierno entonces Antonio Canóvas del Castillo, que gozaba de unas vaciones en el exclusivo recinto. Mientras leía apaciblemente un diario en un banco se le acercó un extraño que deserrajó tres disparos a bocajarro: dos balas alcanzaron la cabeza y otra se alojó en su pecho. A pesar de que varias personas le atendieron de inmediato,apenas dos horas después, sobre las dos de la tarde, fallecía el alto mandatario.
El presidente del Consejo de Ministros se hallaba en el balneario con una escasísima protección, bajo la responsabilidad de un humilde inspector de policía, el señor Puebla. Aunque la policía de la época estaba escasamente profesionalizada y los servicios de información dejaban mucho que desear, parece difícil que no hubieran detectado los sospechosos movimientos de un sujeto clasificado como “peligroso anarquista”, que había huido de la justicia italiana.
Asesinato de Canalejas
El presidente del Consejo de Ministros y líder del Partido Liberal José Canalejas
fue atacado en la mañana del
12 de noviembre de 1912 mientras miraba los libros
expuestos en el escaparate de la Librería San Martín, a escasos pasos de
la esquina de la Puerta del Sol (actual número 6) con la calle Carretas en pleno centro de Madrid. El agresor, Manuel Pardiñas, que no figuraba en el registro policial de los anarquistas
fichados, le disparó tres tiros por la espalda. Instantes después fue
reducido por un policía a golpes de porra y al sentirse acorralado se
suicidó disparándose dos disparos con la misma pistola del atentado.
Canalejas murió antes de llegar a la sede del Ministerio de la Gobernación donde fue trasladado.
MARCOS SERRANO 2ºB HISTORIA
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